
Un día, Tomás entró a su casa dando patadas en el suelo y gritando muy molesto.
Su padre, lo llamó. Tomás lo siguió, diciendo en forma irritada:
- Papá, ¡Te juro que tengo mucha rabia! Pedrito no debió hacer lo que hizo conmigo. Por eso, le deseo todo el mal del mundo, ¡Tengo ganas de matarlo!
Su padre, un...