
Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que el leñador se decidió a hacer un buen papel.
El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le asignó una zona. El hombre entusiasmado salió al bosque a trabajar. En un solo día cortó...