Un cachorro perdido en la selva vio un tigre corriendo en su dirección. Comenzó entonces a pensar rápido a ver si se le ocurría aguna idea que le salvase del tigre. Entonces vio unos huesos en el suelo y comenzó a morderlos. Cuando el tigre estaba casi para atacarle, el cachorro dijo en alto:
- ¡Ah, este tigre que acabo de comer estaba delicioso!
El tigre, entonces, paró bruscamente y, muerto de miedo, dio media vuelta y huyó apabullado mientras pensaba para sí:
- ¡Menudo cachorro feroz! ¡Por poco me come a mí también!
Un mono que había visto todo, fue detrás del tigre y le contó cómo había sido engañado por el cachorro. El tigre se puso furioso y dijo:
- ¡Maldito cachorro! ¡Ahora me la vas a pagar!
El cachorro, entonces, vio que el tigre se aproximaba rápidamente hacia él con el mono sentado encima y pensó:
- ¡Ah, mono traidor! ¿Y qué hago ahora?
Comenzó a pensar y de repente se le ocurrió una idea: se puso de espaldas al tigre y cuando este llegó y estaba preparado para darle el primer zarpazo, el cachorro dijo en voz alta:
- ¡Será perezoso el mono! ¡Hace una hora que lo mandé a que me trajese otro tigre y todavía no ha vuelto!
En momentos de crisis, sólo la imaginación
es más importante que el conocimiento
(Albert Einstein)
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