Con este breve relato, la actriz rioplatense, China Zorrilla, solía cerrar uno de sus espectáculos. Quedó grabado en mi memoria desde que se lo escuché recitar en alguna de las tantas entrevistas televisivas.
Lo colgaron de los pies, estaba cubierto de sangre, tenía frío.
Lo golpearon.
Un dolor lacerante le atravesó el pecho.
Lo golpearon.
Se ahogaba. Entonces casi enseguida lloró y aulló su miedo.
No entendió, no sabía de palabras cuando alguien inmediatamente dijo:
“¡Es un varón, señora!”.
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