Corazón de barro
CORAZÓN DE BARRO
(Letra y música: Mónica Palmisano)
De tierra dormida, de lluvia caída,
corazón de barro la noche formó.
Solo en el camino huella su destino
un silencio tibio, cómplice del sol.
Pálida espesura de su piel oscura,
sin forma ni encanto, humilde terrón,
no sabe que guarda una luz en su alma
que verán los ojos de quien tiene amor.
Se acercan los pasos de unos pies cansados,
un viejo Alfarero busca el lodazal.
Y hundiendo sus manos acuna a aquel barro,
lo mira y lo sueña junto a su brocal.
Mirada de cielo, diálogo secreto,
misterioso encuentro: obra y Creador.
Ya gira la rueda, se funden las penas,
alisa las grietas, amansa el dolor.
Su llanto humedece sus secas paredes,
confiado se entrega dejándose hacer.
Benditas las manos que tocan el barro,
cálidas caricias transforman su ser.
Descansa en el fuego, terminado el cuenco
y en su siesta toma fuerzas y color.
Ardiente el abrazo que obra el milagro:
hacer de aquel barro un Cántaro de Amor.
A la Virgen de Itatí
A LA VIRGEN DE ITATÍ
(Letra y música: Mónica Palmisano)
¿Qué pasará en la escuela? Quizás me puedan contar.
-Dicen que misioneros Tata Diosito trajo al lugar.
Paso a pasito llega la gente pa' saludar,
y tanto es el cariño que hasta dos besos ellos te dan.
Bajo un manto de cielo cruzando el Paraná,
ya la esperan sus hijos, Madre del quebrachal.
Dígame usted, Señora, en qué la puedo a usted ayudar,
tome mis manos, mi voz, mi canto,
mi amor de hermano: mande nomás.
Heridas por trabajo tocan tu rostro de sol
unas manitos negras de un cosecherito de algodón.
En silencio tus fieles te siguen en procesión,
sobre sus hombros cargan tu bella imagen, Madre de amor.
Ay, son tantos los hijos que la han venido a ver,
una flor le han traido pa' ofrecérsela a usted.
Virgencita le pido poder como ellos también tener
esa esperanza y ojos de niño
y la simpleza de su querer.
Pañuelitos al aire se agitan cuando la ven:
vienen desde el obraje en una volanta y también de a pie.
¡Virgencita andariega, cuánto ha caminado usted,
llevada entre las manos que un misionero prestó con fe!
Va cayendo la noche, todo tranquilo está,
bella noche de estrellas nos invita a rezar.
Bajo un manto de luna, la tierra calla, el viento murmura,
el monte sueña, una voz lo arrulla:
es la Madre que en el cielo está.
Luces
LUCES
(Letra y música: Mónica Palmisano)
Tiempo atrás, el amigo que hoy les cuento
una luz llevaba dentro, era el corazón su hogar.
Y al pasar en cada rincón quedaba
el brillo de su mirada, el brillo de su bondad.
A todos su alegría contagiaba,
su misión era al mundo dar amor.
Con tu luz y con mi luz
un sol nuevo lucirá,
nuestro canto a todos llevará
el amor que Dios nos da.
Por pequeña que ella sea
nuestra luz podra brillar,
si juntamos nuestras manos
a todos alumbrará..
nadie la podrá apagar. (Final)
Y después, hubo muchos que lo vieron,
muchos que su voz oyeron, luz también quisieron ser.
Sin perder un minuto lo siguieron
y en cada hermano pudieron luces de amor encender.
Y creció esa luz que compartieron,
y entre las sombras brilló y la noche iluminó.
Ese amor, Señor, que nos entregaste
es luz en cada mensaje, es luz en nuestra canción.
Serás Vos, nuestro guía en este viaje,
nuestro único equipaje, nuestra fuerza en la oración.
Haz, Señor, que seamos fieles caminantes,
luces que lleven tu amor, que tu voz sea nuestra voz.
Ven, Espíritu Santo
VEN, ESPÍRITU SANTO
(Letra y música: Mónica Palmisano)
Hoy como ayer, Señor me das
nuevos caminos que andar,
pero sabes bien que, si no estás,
mis fuerzas no alcanzarán.
No temeré, siempre estarás
conmigo hasta el final,
para ser fiel y tu amor gritar
tu Espíritu a mí vendrá.
Ven, ven, ven, Espíritu Santo,
ven, ven pronto a mi corazón,
él será tu casa, tú la luz de mi alma,
tú, mi vida, tú, mi canción.
Ven , ven, ven, ven y llénalo todo,
haz de mi un instrumento de amor.
dale a mis palabras alas de esperanza,
sé mi guía, sé tú mi voz.
Puedo sentir ardiendo en mí
tu dulce fuego, Señor,
transforma así mi corazón,
dale a mi vida tu color.
Al fin mis ojos podrán mirar,
al fin mi vida llevar
donde haya odio, manos de paz
donde sombras, tu verdad.
Dichosa eres
DICHOSA ERES
(Letra y música: Mónica Palmisano)
Rica en tu pobreza,
grande fuiste en tu humildad,
silencioso fue tu obrar.
Desde niña en tu interior
la voz de Dios se escuchó,
fue tu guía, fue refugio en tu dolor.
Duro fue el camino,
dura a veces la misión,
pero siempre fue esa voz:
la que puso en ti el valor,
en tus ojos nuevo sol,
te dio fuerzas, te hizo apóstol de su amor.
Dichosa eres, mujer de corazon fiel,
has entregado al Señor todo tu ser,
fuiste madre, dulce voz,
tus manos dieron amor,
vida, esperanza, fuiste perdón... Claudina.
Crece hoy tu grandeza,
crece hoy tu obra de amor,
pues en nuestro corazón
sigue vivo tu ideal
de hacer conocer y amar
a Jesús y a María en todo lugar.
Que todos seamos uno
QUE TODOS SEAMOS UNO
(Letra y música: Mónica Palmisano)
Hubo una vez un niño, salió al mundo a caminar,
en su bolsita llevaba su alegría y su bondad,
caminando todo el día puerta a puerta fue a entregar
el cariño a sus hermanos y también su amistad.
Muchas piedras a lo largo del camino encontró
y una a una fue quitando con paciencia y con amor,
los que estaban a su lado lo miraban con temor
pero al fin lo comprendieron y abrieron su corazón.
Dame tu mano y que todos seamos uno
e inundemos todos juntos este mundo con amor.
Canta conmigo este canto de alegría
que el Señor nos ilumina:
¡a cumplir nuestra misión!
Noche y día sin descanso continuaba su misión
y aunque lleno de alegría el cansancio lo abrazó,
en sus sueños repetía: "¡Dame fuerzas, mi Señor,
pues Tú sabes que yo quiero ser testigo de tu amor!"
De repente a su lado otro niño apareció
y tendiéndole la mano le sonrió y también le habló:
“No estás solo ya mi amigo, mira bien mi corazón:
ese amor que tú sembraste ahora en mí también creció.”
Juntos los niños siguieron entonando una canción,
pues su canto ya era vida, era luz y era oración,
contagiaban a la gente que al oír aquella voz
los seguían, pues querían compartir tan grande amor.
Caminito chaqueño
CAMINITO CHAQUEÑO
(Letra y música: Mónica Palmisano)
Caminito de sol y tierra
sobre tu piel llevas las huellas
que me ha dejado el Señor,
las seguiré cuando con serenata
me anuncie la mañana
un gallo madrugador
Repica luego una campana,
comienza ya la caminata,
un nuevo día de misión,
apresura mi paso la esperanza
que enciende las miradas
con tímida emoción.
Entre picadas y cercos conmigo quiso venir,
compañera de los pobres, Virgencita de Itatí.
Descalzo un changuito corre, te ha salido a recibir,
y desde un rancho del monte brilla un altarcito para ti,
Señora de Itatí.
Silencio, mate y plegaria,
palabra sencilla y confiada,
corazón de niño al rezar,
pidiendo agüita para los campos,
amor, salud, trabajo,
y que nunca falte el pan.
Caminito vuelvo al pago: canto, llanto, soledad,
campos de algodón sembrados junto a un blanco delantal.
Mis ojos guardan las manos de tu gente al saludar,
y mi corazón los ratos compartiendo Dios, tierna amistad,
sabor a mate y pan.
Creo en Ti
CREO EN TI
(Letra y música: Mónica Palmisano)
Tú eres mi Dios que vive desde siempre
fuente de vida caridad y bendición
pues con tus manos el mundo has creado
hiciste al hombre tu hijo por amor.
Mas siendo hijos a ti te defraudamos
pues el pecado nos tentó y nos atrapó
y fue por eso que de ti nos alejamos
pero tu amor nunca nos abandonó.
Creo en ti, Señor, mi Padre y Creador
Tú eres la verdad, la vida y el amor.
Y junto a María construyamos la unidad,
vivamos siempre alegres, vivamos en tu paz.
Por tu grandeza al hombre has perdonado,
nos has enviado a Jesús, el redentor:
Él con su muerte en la cruz nos ha salvado
nos ha devuelto nuestra amistad con Dios.
Oh, Jesucristo, maestro y mi amigo,
Tú has vencido la muerte y el dolor,
yo te suplico que orientes mi camino
hazme instrumento de paz y de tu amor.
Y esa Mujer la que te dio la vida,
Santa María tu pueblo la llamó,
pues con su ejemplo nos guía cada día,
llena de gracia, pureza y comprensión.
Oh, mi Señor, qué bondadoso eres
pues tu Palabra llena mi corazón,
es fuerza viva que alimenta nuestras almas
y nos impulsa a cumplir nuestra misión.
Quiero ser tu amigo
QUIERO SER TU AMIGO
(Letra y música: Mónica Palmisano)
Eres tú, Señor, acércate,
eres fuego ardiente, abrásame,
deja en mí tu amor crecer,
enséñame a ser hoy tu amigo.
Desde el brillo eterno de tu luz,
o en la dura cuesta de una cruz,
déjame tu rostro ver,
muéstrame el camino.
Deja hoy en mí, Señor, caer
como lluvia fresca tu amistad,
yo tu amigo quiero ser,
mójame con tu verdad.
Que mi vida pueda a otros llevar
tu alegría y un canto de fe,
que mis manos a otras den
el amor que Tú me das.
Eres esperanza, envuélveme,
y agua mansa, calma tú mi sed,
sé mi estrella, guíame.
enséñame a ser hoy tu amigo.
Donde falte amor seré tu voz,
y tu luz donde no brille el sol,
sobre tus huellas, Señor,
seguiré el camino.
Juntos
JUNTOS
(Letra y música: Mónica Palmisano)
cada mañana iba regando gotas de vida a su trigal.
Mas no podía solo con aquel trabajo
necesitaba de otras manos que lo pudieran ayudar.
Muchos al escuchar de corazón fueron a dar
su tiempo y su amistad, y así empezaron a cantar:
Juntos alegres cantaremos,
juntos sembraremos tu amor y paz,
y esparciremos por el mundo semillitas de amistad.
No dejaremos que crezcan solas,
las regaremos pues son tu obra,
y así verás, Señor, que pronto crecerán.
Juntos lograron reverdecer todos lo campos,
las semillas que habían sembrado en mil espigas transformar.
Pero creyeron que todo aquí había terminado,
algunos fueron olvidando lo que su amor hizo brotar.
El sol ya no brilló, el sembrador se entristeció
pues su trigal quedó sólo con el eco de esa voz.
Después de un tiempo los sembradores regresaron
plantas marchitas encontraron, y al verlas se pusieron mal.
Y descubrieron que estando juntos como hermanos,
juntos en la fe y el trabajo algo podrían mejorar.
Al Dueño del trigal le prometieron no irse más,
juntos con Él luchar, juntos con Él también cantar.
Letras de mis canciones
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Música para cantar y contar...
“La música es un lenguaje universal…
La humanidad necesita la belleza de la música, la cual interpreta el espíritu, relaja el alma, eleva la sensibilidad y ayuda a levantar nuestra mirada con un sentimiento de gozo.”
(Juan Pablo II).
¡Finalmente nació el disco! Quién lo diría... el viejo proyecto de editar un CD de música en clave pastoral se hizo realidad. Muchos en su momento (compañeros misioneros, compañeros de animación litúrgica, alumnos, amigos...) me animaron a concretar este sueño. Pero, por diferentes razones, no pasaba de allí... ser sólo un sueño, hasta que el año pasado, declarado "Año de la Música Católica", nuevas esperanzas surgieron para el postergado proyecto.
¿Te cuento un poquito sobre mí?
¡Hola! Te doy nuevamente la bienvenida a mi blog y me presento. Me llamo Mónica Palmisano y soy de Córdoba, Argentina.
Desde muy chica tuve una inclinación especial por la música y ella fue acompañándome en los diferentes tramos de mi camino. Se me hace casi imposible recordar los momentos más significativos de mi vida sin asociarlos con alguna canción, melodía o letra, cantada y compartida.
A los 6 años aprendí mis primeros tres acordes de guitarra: LA, MI, RE… Tres notas simples y básicas, que eran obviamente las que podía armar –y con gran esfuerzo- por la pequeñez de mi mano. Así, prácticamente oculta detrás de la caja de una gigantesca guitarra, comencé a tocar. La “Zamba de mi esperanza”, como a muchos, también a mí me dio la bienvenida al mundo de los pequeños y audaces guitarristas: ¡Fue la primera canción que interpreté! De allí me largué hacia un “selecto” repertorio de nuestra música folclórica que, afortunadamente para los oídos de quienes me escuchaban, poco a poco fue ampliándose a medida que fui creciendo no sólo en espíritu sino sobre todo en tamaño, pues mis manos pudieron ir dibujando acordes más complejos. Mi meta más anhelada era… ¡lograr las famosas cejillas!
Fueron pasando los años y con ellos muchas más canciones como también oportunidades de interpretarlas: reuniones familiares, de amigos, actos escolares, encuentros juveniles, campamentos, celebraciones litúrgicas… En cada oportunidad que se podía, allí estábamos, mi guitarra y yo, animando la ocasión y compartiendo hermosos momentos con gente muy querida. Así, casi sin darme cuenta, la música fue haciéndose mi modo de expresar, de participar, de comunicar lo de adentro; un puente para llegar a los demás.
A los 17 años, cursando ya mi último año de secundario, surgió la oportunidad de misionar en el Chaco (provincia de mi país) junto a otras jóvenes de mi edad, padres y madres de alumnas y, por supuesto, religiosas del Colegio Jesús María, del cual soy egresada y actual docente.
Partí finalmente hacia el Chaco con mis compañeros de misión, mi infaltable guitarra y mi humilde canción recién compuesta : Creo en ti. No encuentro las palabras que describan mejor lo vivido en aquellos días. Sólo me tomo el permiso de transcribir aquí una partecita del “Diario de nuestra primera Misión”, escrito por una de las mamás que nos acompañó:
“Nuestra paz interior en estos instantes es tan grande, la experiencia vivida, tan fuerte, que ahora nuestras vidas se dividen en dos: antes y después de la Misión. Nuestro grupo funcionó desde un primer momento, unido por una corriente afectiva muy especial… Nuestro lema: “QUE TODOS SEAN UNO”.
Juntos lloramos, cuando la emoción era tan grande que nos desbordaba; juntos reímos repletos de felicidad; juntos rezamos, cuando nuestra unión con Dios era casi perfecta; juntos aprendimos el sentido de la verdadera vida, la que se rige únicamente por la fe, aunque se esté en la carencia total, en donde el contacto único con la naturaleza impide la contaminación de las grandes ciudades. Más que brindar, recibimos; más que enseñar, aprendimos. No nos alcanzará la vida para estar agradecidos al Señor. Fue demasiado hermoso”. (Alicia Fernández)
Y en ese marco único e inolvidable, juntos también… cantamos.
Vivir la música y haberla puesto al servicio de aquella primera misión, no sólo fue un hecho revelador y reconfortante, sino que también significó para mí el inicio de un fecundísimo camino en la actividad pastoral-misionera.
Continué luego mi servicio musical en la animación litúrgica para niños (1999-2005), creciendo y enriqueciéndome con la frescura, inocencia y espontaneidad de los más chicos.
Actualmente, y desde hace ya varios años, me desempeño como profesora en el nivel medio enseñando Latín, Griego y Lengua Castellana (soy Licenciada en Letras Clásicas…). Amo lo que hago y me siento agradecida de poder conjugar en las aulas mi vocación docente y mi espiritualidad misionera.
Pasaron ya veinte años de mi primera misión y otros “tantos” desde aquellos incipientes acordes LA, MI, RE y hoy concreto finalmente un viejo sueño: publicar uno de mis cuentos (Barrito, un cántaro de amor), tener mi propio blog y ver reunidas en un disco (De cántaros y cantares) todas las canciones que fui componiendo en las diferentes etapas de mi vida. Canciones que me han acompañado y que, por la gracia de Dios, siguen acompañando a muchos en su camino de fe.
¡Gracias a todas las personas que han caminado a mi lado
y han hecho más dulce y llevadero este viaje!