Una persona grosera resuelve hacer un presente a otra persona por su aniversario, pero como en realidad la despreciaba, irónicamente mandó preparar una bandeja llena de basura y desperdicios.
En presencia de todos, porque le daba placer humillar públicamente, mandó entregar el presente, que fue recibido con alegría por el agasajado.
Gentilmente, el agasajado agradeció y pidió que lo esperara un instante, ya que le gustaría poder retribuir la gentileza.
Tiró la basura, lavó la bandeja, la cubrió de flores, y la devolvió con un papel que decía: “Cada uno da lo que posee”
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